This post marks the second entry for the current Roots of Hope blog prompt: "My Wish for Cuban Youth."
A nosotros los cubanos nos gusta hablar... muchísimo. Chismeamos. Opinamos. Debatimos. Somos bullosos, exagerados y cuentistas - ¡una mezcla maravillosa! Sin embargo - a pesar de nuestro amor por la muela - desde hace más de cincuenta años las voces de quienes viven en Cuba han sido efectivamente calladas. Las opiniones, ilegales. Los debates, inexistente. El chisme, bueno… el chisme prospera.
Tan eficaz de hecho ha sido el sistema represivo, que cualquier cubano te dirá que después de vivir dentro de los límites de la censura totalitaria, uno mismo se empieza a reprimir. Siempre vigilante de quien esta escuchando, tu mismo pasas un filtro ideológico por tus pensamientos, constantemente preocupado por tu bienestar. La autocensura perfeccionada cortesía del régimen cubano.
Mi deseo es sencillo. Deseo que las olas de cambio lleguen a la orilla de La Habana y dejen al Malecón bien empapado. Deseo que los jóvenes de Cuba rompan el muro del miedo que los separa de un futuro sin limites. Deseo una Cuba donde los jóvenes puedan vocalizar sus aspiraciones, ser dueños de sus creencias y aprovechar todo su potencial.
David Casas was born and raised in Miami, Florida. With the help of many shots of Cuban coffee, David completed his university studies in international business and currently works in the financial services industry.
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