El asesinato premeditado a Orlando Zapata Tamayo para mí ha sido un golpe estremecedor pero no extraño. Ya que desde que fue apresado en el año 2003 fue torturado y confinado en prisiones de alta seguridad para silenciar su conducta contestataria ante las violaciones a los derechos humanos que comete el Régimen Castrista. Fue la estocada final para la no celebración del día en que nací.
Entre la separación de mi familia, el destierro y la impotencia de no poder liberar a mi Cuba ya, agudizan mis ansias de lucha. Cuando comencé a ejercer el periodismo independiente dentro de la isla tuve la oportunidad de conocer de cerca la historia de este luchador y siendo natal Banes, provincia Holguín donde reside su madre; compartí con ellos momentos de incalculable dolor y angustia sirviendo de portavoz de sus denuncias.
Zapata fue uno de esos jóvenes cubanos que le fue arrebatada su libertad y con ella la oportunidad de crear su propia familia y de tener hijos. Es uno de esos hombres que el Gobierno cubano no quiere libres ni con vida porque teme a su influencia en la sociedad civil.
Entre las cualidades del, que despertaron mi admiración y respeto estuvo su posición inclaudicable ante cualquier situación sin importar cuán riesgosa o difícil fuera. Siempre se mantuvo firme a sus ideales. Rebelde pero humano y su humildad le ayudo a ganar el cariño y apoyo de todo el que le conoció, tanto reos políticos como comunes. Otra de las cosas que me impresionaron fue la consideración que siempre guardo a su familia, se conformaba con lo que podían llevarle y aunque no aceptaba ni alimentos ni nada del penal compartía sus bienes con todos los reos.
No puedo hablar de Zapata sin resaltar el sacrificio y dedicación de su madre y familia que lo apoyaron hasta el final de su vida. Cuba perdió un valeroso hijo y nosotros un hermano. Ante acciones como esta no debemos quedarnos quietos, no daremos tregua ante tanta injusticia.
Como joven cubana me uno al reclamo de liberación a todos los presos políticos y de conciencia recluidos en cárceles castro-comunistas. Aunque nos maten uno a uno, nos repriman o nos destierren no lograran apagar nuestras ansias de libertad. Mientras que exista dictadura en Cuba se levantaran miles de hombres como Zapata. Nuestros muertos no quedaran impunes y su ejemplo servirá de inspiración para que las nuevas generaciones tomen las riendas de su destino y su futuro.
Gloria eterna a Zapata! Libertad para los presos políticos cubanos! Viva Cuba libre y Abajo la tiranía!
Liannis Merino es de Banes, Holguin y fue presidente de Jóvenes Sin Censura desde su fundacion en el 2005 hasta el 2007 cuando vino a los Estados Unidos.
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